El Athletic no pudo consumar una semana mágica con victoria ante Osasuna en esta última jornada de la Liga BBVA. En resumen, tres puntos que se esfumaron en un partido que ya se puso cuesta arriba en la primera mitad al encajar un gol en propia meta de Iturraspe en un mal despeje y el segundo, en un certero remate de cabeza de Raúl Garcia en una falta lateral. Los rojillos tenían muy bien aprendida la lección y supieron contrarrestar el fútbol posesión del Athletic, no dándole posibilidad a la continuidad en su fútbol, con un buen trabajo de reducción de espacios y continuas interrupciones en el juego.
Osasuna explotó sus acciones de estratégica y con una grada "especialmente" motivada contra el Athletic, hizo que el equipo no estuviese cómodo en la mayoría de las fases del partido.
El Athletic solo dio sensación de poder decir algo en el encuentro a partir de la salida de F. Llorente al terreno de juego marcando el bacalao rojiblanco del partido. En los minutos del descuento Muniain tuvo en sus botas el empate, desbaratado por un paradón in extremis del portero rojillo. Sigue dando la sensación de que el equipo nota muchísimo ciertas ausencias, con carencias en la temporización defensiva para no favorecer continuas opciones a balón parado, menor criterio en la realización para buscar profundidad y escaso bagaje rematador. Semana que pasamos fuera de plazas europeas y sensación de que un equipo inferior te vence por "oficio" y "otras artes". Una pena el lamentable comportamiento de los aficionados navarros más propio de clubes pequeños y de escasa identidad. No obstante, en mi opinión, Osasuna no debería ser un rival directo en la lucha por Europa.
Cuando Urrutia le dijo al presidente de Osasuna que qué bien se habían portado los recogepelotas, éste le contestó que podía ficharlos para la cantera, que todavía eran cadetes... Je Je, qué cabrón!
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